Historia CLD
El Centro de Liderazgo para el Desarrollo (CLD) nació en 2005, con un programa para estudiantes de pregrado de la Universidad Católica San Pablo. Había una manifiesta necesidad de fortalecer la educación del carácter, es decir, trabajar en el fortalecimiento de la voluntad de los jóvenes, y por ello se decide constituir el CLD. El primer servicio que se lanzó fue en septiembre de 2005, al cual se le denominó Programa de Liderazgo Integral Juvenil, debido al impacto del mismo se decide abrir el programa para universitarios de todo el Perú y del mundo, teniendo alumnos especialmente de la región sur del país y de Miami.
Desde un inicio, los ejes esenciales del CLD fueron: la virtud de la prudencia (capacidad de acierto en la toma de decisiones y virtud que perfecciona la razón práctica), el método de aprender haciendo (metodología que facilita el aprendizaje y entrenamiento del juicio y la voluntad) y una visión del mundo realista, amplia y crítica.
Los líderes son personas de acción, razón por la cual los distintos servicios que se brindan para jóvenes y adultos llevan consigo las virtudes que preceden a la virtud propia del líder: la prudencia. Para ser prudente se requiere primero saber deliberar, tener el arte de aconsejarse rectamente, este hábito lleva el nombre de eubulia, virtud que no busca la verdad de la acción sino la bondad de esta. El segundo hábito que precede a la prudencia es la synesis o saber sentenciar. Este hábito, que precede a la prudencia, perfecciona la razón práctica en orden al juicio práctico. La eubulia y synesis no son partes constitutivas ni potenciales de la virtud de la prudencia, son hábitos anteriores a la prudencia. Luego de mucho tiempo de reflexión y experiencia se concluyó que el líder es la persona prudente, aquel que decide informadamente y en favor de los bienes comunes de una sociedad.
Después de casi 20 años de historia y más de 15 000 personas que han pasado por el CLD puede afirmarse que, la necesidad de formar líderes competentes en su rama y sobre todo virtuosos en las distintas facetas que desempeñan como personas, sigue siendo una imperiosa necesidad que el CLD asume con urgencia y vocación de servicio.
Identidad
Despertar e impulsar la grandeza interior de las personas mediante una formación integral de excelencia, cimentada en virtudes y capacidades de liderazgo que confieran la fuerza necesaria para enfrentar desafíos personales y organizacionales.
Visión
Llegar a ser el Centro de Liderazgo para el Desarrollo referente en todo el Perú, por el impacto positivo generado en personas y organizaciones.